Muchas piezas necesitan cabezas de tornillo enrasadas para garantizar superficies lisas o ajustes ajustados. Sin embargo, si taladra agujeros de la forma habitual, el tornillo sobresaldrá. Esto crea problemas: interferencias con las piezas, mal aspecto o uniones débiles. Aquí es donde entra en juego el avellanado. Oculta la cabeza del tornillo, proporciona una superficie lisa y mejora el aspecto general y la seguridad de la pieza.
Un avellanado liso facilita el montaje y da como resultado un producto final de aspecto más profesional. Examinemos cómo hacerlo correctamente, paso a paso.
¿Qué es un orificio avellanado?
Un agujero avellanado tiene una forma cónica en su abertura, creada al taladrar. Coincide con el ángulo de un tornillo de cabeza plana. Esto permite que el tornillo se asiente a ras o por debajo de la superficie de la pieza. Un orificio avellanado parece un embudo. El cono se estrecha desde la superficie hacia el orificio taladrado.
Las avellanadoras son habituales en piezas de chapa, madera y plástico. Reducen los enganches, alisan las superficies y dan un aspecto más limpio. También ayudan a distribuir la presión alrededor de la cabeza del tornillo.
Cómo hacer un agujero avellanado en piezas de chapa?
Hacer un agujero avellanado limpio y preciso requiere una planificación cuidadosa. Cada paso influye en el resultado final. Desglosemos cada etapa con más detalle para evitar asperezas, desalineaciones o daños en las piezas.
Paso 1: Elegir la broca de avellanar adecuada
Empiece por seleccionar el ángulo de avellanado correcto. En la mayoría de las aplicaciones estadounidenses, los tornillos de cabeza plana utilizan un ángulo de 82°. Algunas aplicaciones aeroespaciales o especiales pueden requerir 100°. Si no está seguro, mida la cabeza del tornillo con un transportador o utilice los datos del fabricante.
Elija un poco de material en función de su chapa:
- Acero de alta velocidad (HSS): Bueno para aluminio y acero dulce.
- Cobalto o carburo: Mejor para acero inoxidable o aleaciones más complejas.
Pero el diseño también importa. Un avellanador de un solo filo corta más limpiamente y reduce las vibraciones. Las de varios filos funcionan bien con metales blandos, pero pueden producir vibraciones en los más duros. Si le preocupa el acabado superficial, pruebe primero la broca en material de desecho.
Paso 2: Marcar y fijar la pieza
Utilice un punzón afilado o un rotulador para marcar el centro exacto del orificio. Para una mayor precisión, utilice un punzón central para hacer una pequeña abolladura. Esto ayuda a guiar el taladro y evita que la broca se desvíe.
Coloque la pieza de trabajo sobre una superficie firme. Utiliza abrazaderas, un tornillo de banco o una fijación para mantenerla en su sitio. Asegúrese de que la chapa quede plana y no vibre. El movimiento durante el taladrado puede dañar el agujero o hacer que la broca se parta. Evite sujetar la pieza con la mano, especialmente con herramientas eléctricas.
Paso 3: Taladrar el agujero piloto
Utilice una broca helicoidal que coincida con el diámetro del cuerpo del tornillo (no con el diámetro de la rosca). Para chapa metálica, comience con una broca piloto pequeña (como de 1/8″) si es necesario, y luego agrande el orificio hasta el tamaño final.
Mantenga la broca perpendicular a la superficie. El taladrado inclinado crea avellanados desiguales posteriormente. Utilice un régimen de revoluciones de bajo a medio y una presión constante. Para chapas finas, un bloque de apoyo (de madera o plástico) colocado bajo el metal ayuda a evitar rebabas en el lado de salida.
Si es necesario, desbarbe el orificio piloto antes de avellanar. Un borde limpio da un acabado más liso.
Paso 4: Cambiar a la broca de avellanado
Monte la broca avellanadora en el portabrocas del taladro o de la prensa de taladrar. Asegúrate de que esté centrada y apretada. Ajuste las RPM a un valor bajo (alrededor de 500-800 RPM) para minimizar las vibraciones.
Alinee la broca con el orificio piloto. Si utiliza un taladro manual, estabilice las manos y apoye el cuerpo del taladro contra una superficie estable. Si utiliza un taladro de columna, ajuste la altura de la mesa y utilice un tope de profundidad si dispone de él.
Mantenga la broca recta: la entrada en ángulo provoca chaflanes desiguales o puntos débiles.
Paso 5: Cortar el avellanador
Baje lentamente la broca de avellanar en el agujero. Deje que el filo toque la superficie y comience a cortar. Aplique una presión ligera y constante, sin forzar. La broca debe retirar el metal con suavidad.
Vigile el tamaño del chaflán. Deténgase cuando la cabeza del tornillo quede a ras o justo por debajo de la superficie. Si profundiza demasiado, el tornillo puede atravesar o debilitar la pieza.
Para una mayor precisión, pruebe a colocar el tornillo tras unos segundos de corte. Retire la broca y compruebe la profundidad antes de continuar.
Si se producen vibraciones o asperezas, reduzca la velocidad, limpie la broca y vuelva a intentarlo.
Paso 6: Inspeccionar el orificio de avellanado
Coloque el sujetador en el agujero. Compruébalo:
- ¿Está la cabeza a ras de la superficie?
- ¿El borde es liso y sin rebabas?
- ¿El ángulo es limpio y uniforme?
Si es necesario, limpie el borde con una herramienta de desbarbado o una lima fina. Inspeccione ambos lados de la pieza. Las chapas finas pueden deformarse a veces por la presión del taladrado. Si es así, apoye la parte posterior durante el siguiente intento.
Broca avellanadora: ¿cuál funciona mejor para metal?
Las distintas brocas de avellanar son más eficaces para otros metales. Elegir la equivocada puede desafilar rápidamente la herramienta o dejar un acabado áspero. A continuación te explicamos cómo elegir el tipo adecuado en función del metal con el que trabajes.
Brocas de acero de alta velocidad (HSS)
Las brocas HSS son la opción más común y asequible. Funcionan bien en metales blandos a medios, como aluminio, latón y acero dulce.
- Pros: Barato, ampliamente disponible, fácil de reafilar
- Contras: Se deslustra rápidamente en acero inoxidable o aleaciones endurecidas
Utilice HSS si trabaja con chapas finas o realiza avellanados ocasionales. Es una buena elección para uso general.
Puntas de acero al cobalto (HSS-Co)
Estas brocas se fabrican añadiendo cobalto 5-8% al acero rápido. La adición de cobalto mejora la resistencia al calor y la dureza.
- Pros: Mantiene el filo durante más tiempo, manipula metales más duros como el acero inoxidable
- Contras: Más caro que el HSS estándar, puede ser frágil si se cae
Las brocas de cobalto son mejores para trabajos de producción o con chapas metálicas resistentes. Reducen el desgaste y soportan el uso repetido.
Brocas de metal duro
El metal duro es extremadamente duro y resistente al desgaste. Las brocas con punta de carburo cortan orificios muy limpios, incluso en acero endurecido y titanio.
- Pros: Muy larga duración, excelente acabado, corta metales duros con facilidad
- Contras: Coste elevado, frágil si se manipula mal
Utilice metal duro si necesita resultados uniformes en trabajos de gran volumen o al cortar aleaciones duras. No son ideales para taladros manuales debido a su frágil filo.
Brocas revestidas de titanio (TiN, TiCN, TiAlN)
Se trata de brocas de HSS o cobalto con un revestimiento fino y duro. El recubrimiento reduce la fricción y ayuda a prolongar la vida útil de la herramienta.
- TiN (nitruro de titanio): Color dorado, apto para uso general
- TiCN (Carbonitruro de titanio): Gris oscuro, más duro y mejor para inoxidable
- TiAlN (nitruro de titanio y aluminio): Violeta/negro, mayor resistencia al calor para el corte en seco
- Pros: Corta más limpio, dura más, resiste el calor
- Contras: No se puede volver a afilar una vez que se desgasta el revestimiento
Utilice brocas revestidas cuando corte metal a altas velocidades o para prolongar la vida útil de la herramienta entre sustituciones.
Ángulos de avellanado estándar y sus usos
Los distintos elementos de fijación y aplicaciones requieren diferentes ángulos de avellanado. El uso de un ángulo incorrecto puede provocar un mal ajuste, juntas flojas o defectos estéticos. He aquí cómo se utiliza cada ángulo común.
Avellanador 82° (más común)
Este es el ángulo estándar utilizado para los tornillos de cabeza plana en EE.UU. Permite que el tornillo se asiente a ras de la superficie, proporcionando un acabado limpio y liso. Este ángulo se utiliza en la mayoría de los trabajos de chapa de uso general, especialmente en recintos, soportesy paneles de control. Si utiliza tornillos en pulgadas, 82° suele ser la elección correcta.
Avellanador 90
El ángulo de 90° es más común en Europa y suele utilizarse con tornillos métricos. También se ve en carpintería y en algunas piezas de plástico. Este ángulo funciona bien cuando se necesita una cabeza de tornillo más ancha o cuando se utilizan herrajes que cumplen las normas ISO. Si sus tornillos son métricos o proceden de proveedores europeos, compruebe si es necesario un avellanado de 90°.
Avellanador 60
Este ángulo más agudo no está pensado para montar tornillos. Se utiliza principalmente para taladrar en el centro o preparar agujeros para roscar. En montajes de mecanizado, es útil para alinear la pieza o guiar las herramientas de corte. Podría utilizarlo en trabajos de torno o al crear orificios de arranque para roscar machos, pero no para el montaje general de fijaciones en chapa metálica.
Avellanador 75
Es menos común pero útil para tornillos de perfil bajo. Este ángulo permite que el tornillo se asiente cerca de la superficie sin penetrar demasiado en el material. Se utiliza en diseños personalizados en los que el espacio es reducido o la estética requiere un ajuste poco profundo. Lo encontrará ocasionalmente en la industria aeroespacial o electrónica, donde cada milímetro cuenta.
Avellanador 120
Este ángulo se utiliza normalmente con remaches, sobre todo en paneles aeroespaciales o de automoción. El ángulo más amplio reparte la carga sobre una superficie mayor, lo que ayuda a evitar desgarros en metales finos. No es habitual en tornillos, pero es fundamental cuando se instalan remaches enrasados. Si su diseño utiliza remaches ciegos o fijaciones similares, este ángulo puede ser aplicable.
Cómo comprobar el ángulo?
Para asegurarse de que está utilizando el ángulo de avellanado correcto, compruebe primero las especificaciones del tornillo. Si no dispone de la hoja de especificaciones, mida el ángulo de la cabeza con un transportador o un medidor de ángulos. Algunos calibres también tienen funciones de comprobación de ángulos. También puedes probar a colocar un tornillo en un trozo de material. Si la cabeza del tornillo no queda al ras, puede que el ángulo sea incorrecto.
Errores comunes y cómo evitarlos
El avellanado puede parecer sencillo, pero es fácil cometer pequeños errores que pueden afectar a la calidad de la pieza. Cada error tiene una causa clara y puede evitarse con la técnica adecuada.
Avellanado excesivo y daños materiales
Taladrar demasiado profundo es un problema frecuente. Cuando el avellanador se extiende demasiado, crea un agujero demasiado ancho que debilita la zona circundante. En chapas finas, esto puede provocar distorsiones o grietas. El tornillo puede quedar muy por debajo de la superficie, que no es lo que se desea.
Para evitarlo, compruebe la profundidad mientras taladra. Utilice un tornillo de prueba durante el proceso. Si utiliza una prensa taladradora, ajuste el tope de profundidad para controlar el corte con mayor precisión. Ve despacio y detente en cuanto la cabeza del tornillo encaje a ras.
Selección incorrecta del ángulo o de la broca
Muchos problemas de avellanado se deben al uso de un ángulo incorrecto. Si el ángulo de la broca no coincide con el del tornillo, éste no quedará a ras. Esto puede provocar juntas sueltas o un mal acabado de la superficie. La mayoría de los tornillos de cabeza plana utilizados en la fabricación estadounidense requieren un avellanado de 82°. Los tornillos métricos o algunas fijaciones especiales pueden necesitar ángulos de 90° u otros.
Antes de taladrar, compruebe siempre las especificaciones del tornillo. Además, elija el material adecuado para su metal. El acero rápido sirve para metales blandos. Para acero inoxidable o materiales más duros, utilice brocas con punta de cobalto o carburo.
Formación de rebabas y desbarbado inadecuado
Las rebabas se forman cuando el filo de corte empuja el metal fuera del orificio en lugar de cortarlo limpiamente. Estos bordes afilados no sólo son feos, sino que pueden cortar los dedos o rayar las piezas cercanas. También interfieren en el montaje. Las rebabas suelen aparecer cuando las brocas están desafiladas o la velocidad es demasiado alta.
Para reducir las rebabas, utilice una broca avellanadora afilada y corte a baja velocidad con una ligera presión. Después de taladrar, inspeccione siempre ambos lados del orificio. Utilice un desbarbado o una lima fina para limpiar el borde.
Conclusión
Para crear un orificio avellanado en chapa metálica, empiece taladrando un orificio piloto que coincida con el diámetro del tornillo. A continuación, utilice una broca avellanadora con el ángulo correcto (normalmente 82°) para cortar un rebaje cónico limpio. Seleccione el material adecuado para la broca en función del tipo de metal con el que trabaje. Trabaje despacio, aplique poca presión y compruebe la profundidad con frecuencia para evitar sobrecortes.
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Hola, soy Kevin Lee
Durante los últimos 10 años, he estado inmerso en diversas formas de fabricación de chapa metálica, compartiendo aquí ideas interesantes de mis experiencias en diversos talleres.
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Kevin Lee
Tengo más de diez años de experiencia profesional en la fabricación de chapas metálicas, especializada en corte por láser, plegado, soldadura y técnicas de tratamiento de superficies. Como Director Técnico de Shengen, me comprometo a resolver complejos retos de fabricación y a impulsar la innovación y la calidad en cada proyecto.